martes, 14 de mayo de 2013

No hay alivio para este luto


Los funerales son siempre un acontecimiento extraño. Sea quien fuere el finado y la huella que éste hubiese dejado en el mundo a lo largo de su vida, un funeral tiene algo de pequeño y variado escaparate dónde se pueden reconocer o intuir los pasos de a quien en ese momento se le despide.

En este caso, calificar de funeral el cese de Adolf Todó y Jaume Masana al frente de Catalunyacaixa, podría ser cualificado de exageración y hasta de mal gusto desmedido, así que para alejar cualquier duda o sospecha de exacerbada y poco elegante, animadversión personal hacía ellos, lo dejaremos en “óbito profesional” al frente de esa entidad.

Seguro que nuestra imaginación es excesiva y cómo tal, superará y no se corresponderá con la realidad. Pero la verdad es que nos apetece y mucho, comentar esta noticia, tanto en clave ácida y esperpéntica, como de forma documentada y verídica. ¡Qué narices! noticias cómo esta, no se dan todos los días.

Si leemos la variedad de posicionamientos y declaraciones que de esta noticia ha plasmado la prensa desde el pasado viernes, fecha del deceso profesional, la elección de personajes no se nos antoja difícil.

Por un lado, nos imaginamos a la amante del finado. Las (y los) amantes siempre son personajes de una dualidad peligrosa. Cuando todo va bien, amante y amado se convierten en cómplices, el secreto del uno es el del otro y en ese doble fondo, todo es fantástico. Se obtienen y se dan lo que necesitan con absoluta pasión y behemencia. No hay obsequio, regalo o atención que se olvide o pase por alto. Sin embargo, cuándo las cosas se tuercen o uno de los dos se siente no correspondido y abandonado, les puede invadir el desamparo y cualquiera de ellos puede llegar hasta donde crea necesario para su venganza y arrebato. Lo que antes era un dulce secreto, se puede convertir en una vengativa acusación. El secreto y silencio que antaño unía puede más tarde separar.

Nos resulta curiosa la reacción de los sindicatos, según publica la prensa, por la celeridad e inmediatez del cese de ambos directivos. Comparando su bajo y anómalo nivel de protesta y denuncia en el último año, con el existente en otras entidades que están o han estado en el mismo tránsito y teniendo en cuenta que son depositarios de las expectativas de casi 6.700 trabajadores y de más de 2.000 inminentes despidos, no se entiende que la noticia, les cogiera de sorpresa, en lugar de aprovecharla convenientemente para afianzar sus protestas y reclamaciones, o que incluso mostraran un punto de desacuerdo porque el nuevo presidente nombrado no pueda incorporarse de forma inmediata.

Francamente, no son estas las declaraciones que cabría esperar de unos sindicatos que se encuentran, o deberían estar, en el punto álgido de lucha y defensa de los trabajadores. Desconocemos el grado de avance o acuerdos que estos habían alcanzado con la directiva saliente y tampoco la profundidad y posibilidad de difusión de los mismos. Pero fuera como fuese, su sensación de despecho y abandono puede ser mayúscula y muy elocuente para los empleados.

Todo funeral tiene sus primos y amigos lejanos. Podría decirse que forman una especie de claca, al estilo de esas personas que acuden a un espectáculo sin pagar entrada, y con la única misión de aplaudir con entusiasmo todas las interpretaciones a las que asisten, pero que son muy identificables, y que a pesar de vínculos genéticos o de debida responsabilidad en los momentos decisivos, pasan sin pena ni gloria vital con el despedido. Suelen aparecer en este tipo de actos únicamente por decoroso y obligado cumplimiento del protocolo social o simplemente porque han tenido la suerte que el funeral se celebraba en un hueco de su agenda, que si no, ni eso.

Es fácil localizarlos en la sala de vela, más cerca de la salida que del féretro y deambulan hasta que desaparecen ocupando el tiempo en más saludos de mano que abrazos, simulando más halagos vacuos al estilo de “siempre se van los mejores” que no relatando sus vínculos con el finado. En algunos casos y a poco que arrime uno su oreja a ellos, hasta es factible descubrirles aprovechando la ocasión para hacer negocios, gestionar citas y sobre todo, hablar más de sí mismos que de nadie. Nunca son los primeros en llegar, pero tienen la habilidad de nunca ser los últimos en irse.

En la misma línea que lo comentado sobre los sindicatos, atónitos nos deja las declaraciones de la Generalitat de Catalunya sobre la noticia.

Primero por lamentar su cese ensalzando la gestión realizada por Adolf Todo y Jaume Masana, llegando al punto de cualificarla de “eficaz”. Desde luego que dicho término en sí mismo no dice mucho si no se acompaña del objeto o suceso que valora, pero el mero hecho de que la Generalitat lo utilice para cualificar la gestión de estos señores en Catalunyacaixa, pone en terrible duda e incertidumbre el propósito para el cual les contrataron. Si era para acabar de hundirla y no sólo en el plano económico, sin duda que han sido terriblemente eficaces.

Segundo por aprovechar el “momento” para acusar de falta de transparencia e información a la Generalitat por la decisión del cese. Quizás alguien nos podría demandar si la tachásemos de necia, prefabricada y oportunista, pero es que resulta difícil encontrar otro calificativo, para quienes han mantenido una entidad durante los últimos 15 años con la “transparencia” para que uno tras otros de sus dirigentes hayan protagonizado episodios tan “rentables” como la adquisición de la MNA y un catalogo de financiaciones que seguro pondrían los pelos de punta si se conociese a sus mentores y prescriptores. 

Baste recordar que en noviembre del 2.011, cuando la entidad ya estaba hecha añicos “de facto”, la Generalitat obtuvo 500 millones de Catalunyacaixa para financiar su circulante o la “transparencia” que caracterizó la indemnización por despido de sus directores anteriores, los señores Costabella, Loza y Serra o de la contratación de los actualmente cesados ¿Para qué más palabras?

Y tercero, aquí el problema, al parecer para la Generalitat, no es sólo que se “vayan los mejores”, sino que encima se puedan ir bajo la órbita de Bankia. ¿A estas alturas aprovechando grietas para convertir el asunto de Catalunyacaixa en un tema nacionalista? Hay que tenerlos como….

Lástima que no hayan dicho nada de la indemnización y derechos que ahora reclaman tanto Adolf Todo como Jaume Masana, ni de la investigación de la Fiscalía de Barcelona por la legalidad de sus contratos y ¿por qué no? de la indemnización que puede que reciban algunos de los miembros del comité de dirección que aprovechen para irse ¿alguien sabe algo?

Cuán amables, discretos y atentos se suelen mostrar, atendiendo a la especial situación que supone un acto así, los empleados de la funeraria. El momento, sin duda es delicado y a pesar de eso, se ven obligados a tener que gestionar asuntos, tan desagradables y tan alejados a la necesidad de los afectados, como todo lo referente al dispendio económico que requiere un funeral. El tipo y cuantía de las flores, el ataúd, los necesarios traslados, los servicios del tanatorio, el nicho, la lápida, etc. etc. Un pequeño desliz, una falta de tacto puede provocar un verdadero desastre en sus clientes y por supuesto, completamente prohibido cualquier tipo de confusión por muy razonada y argumentada que sea. Todo debe salir perfecto y de acuerdo con el interés y situación del cliente de los afectados.

A estas alturas, anunciar una tercera subasta de Catalunyacaixa, cabe calificarse como un exceso no debido al buen repertorio disponible de medidas a tomar sobre esta entidad, sino más bien a la versión de siempre de desastres anteriores ya vividos, pero eso sí, cada vez con más dinero a cargo de los contribuyentes y con propuestas aún más extrañas y de dudosa viabilidad que las ya tomadas por De Guindos y su ministerio. El catálogo a estas alturas es ya de espanto y cada vez con más personajes de por medio: fusión fría, holding, banco malo, ayudas adicionales, FROB, coordinación de sinergias comerciales, ampliación de activos tóxicos, consultores y asesores externos, discrepancias con el BE y CNMV, etc.

Demasiadas intervenciones, declaraciones, medidas y contramedidas para una canción que estaba escrita y desde hace ya bastante tiempo.

La cuestión es que en este “entierro” hay demasiados muertos, demasiadas visitas y demasiados empleados de la funeraria y el alivio de luto para sus empleados queda lejos…muy lejos aún.

Fuentes:




4 comentarios:

  1. Si no me falla la memoria , Costabella , se jubiló en 1998 , en 10 años Loza y su equipo tuvieron tiempo suficiente para hundir Caixa Catalunya y llevarse una pasta indecente , y a día de hoy ningún sindicato ha abierto boca

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    1. Hola Anónimo

      Efectivamente, si tampoco nos falla la memoria a nosotros, es como dices, aunque Loza no sabemos si se la llevó en 10 años, pero si que se la llevo en un sólo día cuando cobro su indemnización (dicen por ahí que unos 10 millones de euros ádjuntamos link- http://economia.elpais.com/economia/2012/05/29/actualidad/1338317241_619580.html).

      Es evidente que la degradación y hundimiento de Catalunyacaixa en numerosos ámbitos se produce por una sucesión y acumulación de despropósitos, y en ese adjetivo caben muchísimas decisiones, negligencias, aprovechamientos, errores y autores durante muchos años.

      ¿El porqué los sindicatos han guardado silencio más allá de sus votos desfavorables en asambleas y consejos de administración o circulares de protesta?

      Pues no lo sabemos exactamente, pero el catálogo de respuestas posibles no es ni extensísimo, ni remoto, ni complejo...la realidad no suele dar pie a tantas explicaciones como algunos nos quieren hacer creer.

      Gracias por tu aportación y un saludo.

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  2. Atonito (por abajo) me dejais...o sea, que la culpa del ruinón de empresa es ¡¡¡¡de los sindicatos!!!!...yo, es que me descojono vivo...

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    1. Hola Anónimo

      Desde nuestra perspectiva, los sindicatos son culpables de las cosas que no hacen teniendo en cuenta para aquello que esta definido y reglamentado que tiene que ser su labor: defender los intereses y derechos de los trabajadores. Y ahora mismo, en Catalunyacaixa, tienen una magnifica oportunidad de demostrarlo.

      Si lo están haciendo o no y de qué son culpables, eso lo tienen que determinar, primero sus afiliados y luego el resto de los trabajadores.

      Nosotros tenemos las ideas muy claras al respecto. Ideas con las que se puede estar de acuerdo o no, por supuesto.

      La culpabilidad de la ruina o quiebra de una empresa, no sólo puede ser culpa de su director o equipo directivo. Hay muchas actitudes que si no de forma directa y ejecutiva, pero si de forma indirecta y por omisión puede favorecer que una mala gestión pueda seguir ocurriendo.

      ¿Un ejemplo? Recomiendo la lectura del informe de gestión 2012 de Catalunyacaixa (http://www.cnmv.es/AUDITA/2012/14300.pdf) en su apartado 5.2.

      Cuando un presidente cambia su sistema de pensión, pasando de prestación definida por el de aportación definida el mismo año que se impone una reducción en las retribuciones de los directivos de las cajas nacionalizadas, un sindicato debe "analizar" el porque ocurre y que se pretende con ese cambio y en función de la conclusión a la que llegue, montar un "pifostio" (si se nos permite la expresión) de tal magnitud por cualquier medio, que se entere todo el mundo de dicho cambio y su significado.

      Seguro que sus empleados, por sus experiencias vividas a lo largo de esta última década, tienen muchos más ejemplos como el citado.

      Ahora que cada uno se pregunte y se responda, cuál es la "culpa" precisa de cada uno de los estamentos de Catalunyacaixa y desde cuándo para explicar su estado actual.

      Muchas gracias por tu aportación y un saludo.

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