Como ya se
habían hecho eco los medios de comunicación, Catalunyacaixa asesorada por N+1, se
haya inmersa en la venta de una cartera de préstamos hipotecarios por valor de
6.950 millones de euros. El dossier de
este proceso de venta lleva el ostentoso nombre de Proyecto Hércules y sabremos
de su desenlace definitivo a partir del 30 de junio.
Desconocemos
si tal denominación se debe al elevado volumen de dicha cartera, la mayor
actualmente en venta de Europa, o por un guiño al esfuerzo que supone vender
cualquier cosa relacionada con esta entidad. Por aquello de la corrección
políticamente debida, nos quedamos con la primera opción.
Acompañando
a esta noticia, aunque con menor repercusión mediática, también se anunciaba el intento de venta de una
cartera de préstamos fallidos, por tanto sin pérdida por estar provisionados al
100%, que finalmente se ha realizado hoy según se ha publicado.
El conjunto
de la operación de venta cerrada hoy, incorpora créditos por valor de 1.480 M€ provenientes
de 3 carteras de préstamos fallidos no hipotecarios a particulares -449,6 M€- y
a empresas -1.031 M€-, adquiridos por el fondo malayo Aiqon Capital.
Evidentemente
el precio final de la operación no ha trascendido, al menos aún, a la prensa,
pero habitualmente y tomando como referencia otras operaciones similares con carteras
con este tipo de préstamos fallidos, el descuento habitual sobre el valor de la
cartera no suele ser inferior al 90%. Baste recordar alguna de estas
operaciones, como la de BMN en noviembre pasado, que vendió 1.400 M€ con un descuento
del 97%, la de Bankia en agosto pasado vendiendo con un descuento del 95% una
cartera de 1.354 M€ o la de 650 M€ del Banco Sabadell en diciembre con un
descuento del 93%.
Con estas
referencia, Catalunyacaixa podría anotarse en su próxima cuenta de
resultados, una “eufemística” plusvalía cercana a los 15 M€.
No es la
primera compra de este fondo, con sede en Luxemburgo, en España, que ya compró una
cartera de préstamos de Banesto, en manos del Santander y cuyo “modus operandi” habitual a posteriori
de la compra, será la adjudicación del intento de recuperación de esos
préstamos a una empresa –en el caso de los préstamos de Banesto fue a Lucania
Gestión- previa comunicación a los titulares de los préstamos
comprometidos en la venta de quien es el nuevo “dueño” de la deuda. Y basta
pasearse por foros de internet, para constatar la tenacidad y constancia de
dichas empresas en su cometido.
Considerando
el elevadísimo descuento de dicha compra, el beneficio para el comprador es
claro: todo lo que consiga recuperar de dichos préstamos que supere el valor de
compra -¿15 M€?- es beneficio, y se suele decir que este tipo de fondos, no “sobrevuelan”
la carroña ajena por menos del 15% de beneficio final.
Como dato
tristemente curioso, la nota de prensa oficial remitida por la
entidad comunicando la venta de esta cartera, la cierra un párrafo donde
recuerda los 532,2 M€ de resultado positivo generados en 2013 y el 14,4% de
ratio de capital principal como garantías para superar las próximas pruebas de
resistencia de la ABE.
Un párrafo
que difiere notablemente en intención, fondo y forma del que inserta Ernst &
Young –la consultora contratada por Catalunyacaixa para gestionar el arbitraje
de sus híbridos- en las comunicaciones de rechazo a sus clientes de
aquellas peticiones superiores a 40.000€ alegando falta de solvencia financiera
para atenderla. Banca de proximidad en estado puro.
Nota: Finalmente y según se ha publicado con posterioridad a la noticia principal, el importe de la compra ha sido de 50 M€, lo que supone un descuento aproximado del 97% de su valoración.