domingo, 20 de enero de 2013

Banco de España: ver, oír y seguir perdiendo


Se ha terminado por fin la semana y se nos ha escapado, día a día, entre el “talento” de Esperanza Aguirre, Barcenas, el contable que tampoco hubiese querido tener Al Capone, la “guadianera” subasta de CatalunyaCaixa, el caso Urdangarín, suma y sigue, con un primo que en lugar de repartidor de pizzas, nos ha salido repartidor de sobres cerrados y la terminamos,  sabiendo que según estimaciones, el sector bancario ganará de medía de un 10% más de margen, gracias a las limitaciones “recomendadas” por el Banco de España para la remuneración de nuestros ahorros.

La semana empezaría bien, si mañana leyésemos la noticia de que en “compensación” a ese regalo, iban a rebajar las comisiones que nos cobran, por ejemplo. O alguna que otra medida, que nos hiciese sentir orgullosos, o al menos satisfechos, de ser clientes cada uno de su banco. Pero ni el Banco de España perseguía nuestra satisfacción al imponer su “recomendación”, ni los Bancos están por esa labor. Eso de orientarse al cliente, para satisfacer sus necesidades financieras y establecer vínculos de calidad, que permitan relaciones prolongadas en el tiempo, es algo que se pone como misión de los bancos en sus folletos y memorias  corporativas, pero nada más.

Pero vamos a cuantificar el impacto de esa medida, e intentar hacerlo de una forma sencilla, con poquitos números, aún a costa de “despreciar” algunos parámetros, para quedarnos únicamente con los que notará el ciudadano de a píe, es decir, todos nosotros.
Imaginemos que somos el Banco Molocos, y tenemos únicamente un cliente que nos trae 50.000€ para ponerlos en un plazo fijo a un año.

Antes de la “recomendación” del Banco de España, y para conseguir obnubilarle con una oferta imposible de rechazar, le íbamos a pagar el 3,75% por su dinero. Por tanto, cumplir nuestro compromiso, tendría un coste (financiero) para el banco de 1.875€.
Después de la “recomendación”, podemos pagarle únicamente hasta un 1,75% (100 puntos más que el precio oficial del dinero), con lo que en este caso, nuestro coste financiero sería de 875€.

Por tanto, nuestro estimado cliente perderá 1.000€, es decir, ganará por su dinero, un 53% menos, y el Banco se ahorrará esos 1.000€, es decir, un 53% menos de gasto financiero. Si además, le añadimos a este balance, las mismas comisiones que seguiremos cobrándole  en ese año, quizás unos 100€ por la cuenta, su tarjeta, etc. y que si nos pide un préstamo, le costará igualmente un 12% de interés, el porcentaje anterior, se incrementará más en contra del cliente y a favor de nuestro Banco.

Esa es la historia y no hay otra. Si quiere, el Banco de España y el Gobierno, nos la pueden atenuar adornándola desde la perspectiva macroeconómica nacional, desde el refugio que ofrece medir su impacto desde la media aritmética ponderada o, como siempre, desde el necesario y sacrificado esfuerzo, siempre  para los mismos.

Por cierto, casi se me olvida, el Banco de España dice que esta “recomendación” no es necesariamente aplicable a los clientes con más de 10 millones de patrimonio o para las administraciones públicas (tampoco hace ninguna mención especial, del interés que se le puede pagar al Sr. Barcenas, por su dinero).

Si alguien quiere conocer en más profundidad el verdadero “talante” de esta medida, recomiendo la lectura del estupendo post que Ramiro Franco publicó recientemente en su blog.



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