Por mi parte es
lo que deseo a todo el mundo, incluso a mí mismo, con todo mi corazón y con el
mayor deseo de que así se cumpla.
No obstante,
debo decir que entre políticos y banqueros, nos lo están poniendo rematadamente
difícil, por no decir que imposible. Hace poco, un amigo al devolverme y
agradecerme mi felicitación de Navidad, compartía conmigo el texto que había visto
en un cartel: “No tengo miedo que se acabe el mundo en el 2.012. De lo que
tengo pánico es que todo siga igual”. Pues eso.
Que el punto
donde nos encontramos, es la consecuencia irremediable de una ambición desmedida e individualista de ciertas
personas, me parece evidente. Qué durante demasiado tiempo, en este país, enriquecerse
a costa de quien fuese y por encima de cualquier sometimiento legal o moral,
era algo habitual, más aún, parecía hasta reprobable no hacerlo –insisto,
siempre para unos pocos-. Qué la pillería, la estafa, la prevaricación, el
soborno y otras tantas malas prácticas, no importaban, ni eran perseguidas o,
mucho peor, se tapaban a costa de favores y chantajes. Imperaba la impunidad,
el homenaje y hasta incluso, a uno le podían nombrar presidente de la CEOE. ¡Qué
más daba!
Pero llegados
al punto en el que estamos. Después de haber explotado todo –y lo que aún
queda-, presenciar día a día que los supuestos remedios y arreglos a todos esos
desmanes, siguen haciéndose igual de mal, con la misma intención de que no
sirvan para nada, que se siga utilizando la mentira para explicar las
soluciones, las medias verdades, la confusión o las promesas que jamás se
cumplirán, me hace reconocer amargamente que no nos da la gana aprender absolutamente
nada –eso debe ser caro e inútil para algunos- y lo más evidente es que los que
estamos jodidos, los que siempre nos toca estarlo, seguiremos estándolo más aún.
A pesar de
todo, Feliz Navidad, aunque confieso que, si además, me dejaran encender una
pira en medio de la plaza de mi pueblo, con unos 150 personajes que ahora mismo
se me vienen a la cabeza, encima, sería una fantástica Noche Buena y un
próspero Año Nuevo.
Bien, si por un casual le permiten a usted encender esa pira en la plaza de su pueblo, cuente conmigo para ayudarle a someter al calor mas doloroso, a todos los que usted, y yo decidamos, mas todos aquellos que consideren sus lectores. Solo para recalentar conciencias y hacer cantar a los mas valientes. ¿Y por qué no? Tal vez, con un adecuado acercamiento de brasas, se conseguiría que marcharan calentitos y devolvieran algo de lo que se han llevado.
ResponderEliminarEso si, más vale que la plaza de su pueblo sea amplia, porque vamos a necesitar ascuas abundantes para una lista “tan larga” como han dicho algunos (Ejm: la lista sin nombres del Sr. Almunia)
Me uno a su deseo para estas fiestas, y ya que no ha sido posible para la Noche buena, no olvide, que nunca es tarde si la dicha es buena, y si no es con una mansa hoguera, sigamos diciendo la verdad para quien quiera oírla y no se quede nuestro grito de dignidad, al menos esta Navidad, en campana de algodón.
Felices Fiestas y como siempre…nos vemos en los bares.
Felices Fiestas María G y gracias. Fíjate que casi estoy seguro, que poca o ninguna valentía encontraríamos entre tal subespecie y calaña de individuos. Considero que cuando la ruindad, la mediocridad, la avaricia y la desfachatez entran por la puerta de esta gente, la valentía se les escapa por la ventana. Un saludo.
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